“La vida está encerrada en la forma y las formas obedecen a la Ley de los Números. Todo es Geometría, todo es Matemáticas. El Eterno se expresa con medidas exactas y, para llenar las formas en las que su Esencia se encierra, a menudo cambia de dirección y se convierte en lo contrario de la virtud que antes manifestó.”
“Jerarquía angélica LECABEL”
El hombre de la antigüedad tomo consciencia de que en nuestro mundo todo es ilusión, para ellos el cielo era el domicilio de los dioses y las constelaciones y los astros se convirtieron en las figuras de estos dioses.
Pero en el mundo en que vivimos pasamos los días pensando que todo está siempre en el mismo lugar, alzamos la vista y creemos ver un cielo idéntico día tras día, pero si lo observamos atentamente nos daremos cuenta que, aunque aparentemente todo esta estático, todo se mueve, todo fluye.
Todo lo que ocurre en el universo es progresivo, no es mágico ni accidental, es más, aunque pueda no ser comprensible para la mente humana mortal existe una ley universal que determina el plan de vida de cada uno mediante un proceso ordenado que transformara la mente material a la espiritualidad. Nuestro espíritu es inmortal.
Al igual que en otros mundos habitados los seres humanos procedemos del Creador y se nos ha concedido una forma que se va construyendo y moldeando pasando a través de muchas etapas evolutivas de naturaleza ascendente en esta gran escuela de la vida antes de emprender el regreso de vuelta a casa o Paraíso.
Todo empezó hace mucho tiempo cuando los hombres de la antigüedad al observar el cielo distinguieron en él unas figuras formadas por grupos de estrellas a las que llamaron constelaciones y fue a partir de entonces cuando los dioses tuvieron rostro, les dieron nombre, una identidad y una cualidad haciendo que estos cobraran vida para así poder comunicarse con ellos.
Aunque en la jerarquía celeste que rige el zodiaco, El Sol es una estrella, La luna un satélite y los restantes son planetas a todos ellos se les considera astros y poco a poco la presencia de estos astros en el cielo coincidía con la aparición de algunos fenómenos cíclicos que se producían en la Tierra o en la vida social y así el hombre sintió la necesidad de dar sentido a su vida inventando esa rueda ficticia para observar los movimientos de los astros que llamaron zodíaco y que se convirtió a lo largo de los siglos en un espejo de los sentimientos y las pasiones de los hombres.
Entender el zodiaco era como elevarse al nivel de los dioses y consultar a los astros “dioses” era la puerta abierta a descubrir el mundo y a uno mismo por lo que la astrología ha sido una herramienta para entender la naturaleza del cosmos y su influencia en nuestras vidas
Los hombres de la antigüedad creían que durante la creación del mundo había unas aguas Superiores y otras Inferiores que se separaron.
Para ellos existían grandes naves tripuladas por los dioses que orbitaban alrededor de la Tierra anunciando acontecimientos y dividieron estos 10 astros o “dioses” en dos partes, los 7 astros “dioses” primordiales que son El Sol, La Luna, Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno que forman la jerarquía celeste del zodiaco y muestran características o cualidades propias del individuo y los 3 Astros “dioses” secundarios que son Urano, Neptuno y Plutón que revelan informaciones complementarias a las ofrecidas por los 7 astros primordiales siendo Urano regente secundario de Acuario junto a Saturno. Neptuno regente secundario de Piscis junto a Júpiter y finalmente Plutón que se considera regente secundario de Escorpio junto a Marte.
Mientras El sol desea, la Luna siente, Mercurio es mientras que Venus ama, Marte actúa, Júpiter goza y Saturno Sabe. Urano libera, Neptuno confía y Plutón crea.
Cada uno de estos astros manifiesta la voluntad instintiva del individuo siendo el Sol la esencia del ser, la Luna la sensibilidad, Mercurio la expresión de la inteligencia, comunicación y sociabilidad del ser, Venus expresa la motivación y manifestación de sus sentimientos, Marte el yo activo que afirma el ego y el poder de acción para diferenciarse de los demás, Júpiter nos trae gozo y alegría de vivir y Saturno nos enseña a madurar y tomar consciencia de nuestras limitaciones para después pasar a una etapa más alta de evolución a través de Urano con el que nuestro espíritu manifiesta su impulso e independencia, Neptuno abre nuestra consciencia a niveles más sutiles y psíquicos para que finalmente podamos manifestar nuestro poder creativo de Plutón que nos ofrece la oportunidad de llevarnos a través de un ciclo de vida y de muerte, de hacer y deshacer, de producir y de destruir para aprender a regenerarnos.
Cada planeta con su propia energía y simbolismo añade en la carta astral un significado en nuestra experiencia en la tierra y explorando el significado de cada uno y las relaciones que tienen entre ellos podremos aprender el origen de muchos de nuestros conflictos y esto lo podemos hacer a través de la interpretación de la carta astral.
Por lo que en resumen
La posición de El Sol, representa la esencia del individuo, la vitalidad y el propósito su dirección en la vida y si esta fuerte indica confianza, vitalidad y claridad de propósito, mientras que un Sol debilitado puede indicar dificultades para expresar la propia identidad o una falta de dirección clara.
La Luna, en cambio simboliza la emoción y la intuición, reflejando nuestra naturaleza emocional y nuestras necesidades más íntimas. Una Luna destacada puede indicar sensibilidad, empatía y fuerte conexión con el subconsciente, mientras que una Luna conflictiva puede señalar fluctuaciones emocionales o dificultades para satisfacer nuestras necesidades emocionales.
Mercurio, como mensajero de los dioses, simboliza la comunicación, el intelecto y la habilidad para procesar información. Un Mercurio bien aspectado indica claridad mental, habilidades comunicativas, de lo contrario puede indicar dificultades en la comunicación, malentendidos o problemas de concentración.
Venus, como diosa del amor y la belleza, representa nuestros valores y nuestra apreciación estética, revela cómo buscamos el amor, la armonía y la belleza en nuestras vidas, si Venus fuerte indica facilidad para las relaciones, aprecio por la belleza y el arte, mientras que un Venus debilitado puede indicar dificultades en las relaciones, falta de autoestima o tendencia a la superficialidad.
Marte, dios de la guerra simboliza la pasión, la acción y la fuerza de voluntad a la hora de dirigir nuestra energía y buscamos alcanzar nuestras metas. Fuerte indica determinación, coraje y fuerza de voluntad mientras que si esta desafiado señala frustración, agresión e impulsividad.
Júpiter, el planeta de la expansión y la abundancia, simboliza la sabiduría, la suerte y el crecimiento personal revelando nuestras creencias, búsqueda de significado y oportunidades de crecimiento. Es optimista y generoso bien canalizado mientras que muestra dificultades para encontrar el sentido de la vida si está debilitado.
Saturno, es el maestro del tiempo y la disciplina, representa la responsabilidad, la estructura y los límites. Su posición en la carta revela nuestras lecciones kármicas, limitaciones y responsabilidades. Fuerte otorga disciplina, perseverancia y la capacidad de superar obstáculos, mientras que un Saturno debilitado puede indicar miedo al fracaso, inseguridad o dificultades para establecer límites saludables.
Urano, es innovador y rebelde, simboliza la originalidad, la libertad y el cambio repentino. Su posición revela nuestras necesidades de libertad y nuestra resistencia al conformismo. Indica en la carta ingenio, amplitud mental y creatividad, mientras que si lo desafían puede ser rebelde e impulsivo.
Neptuno, el soñador y el visionario, representa la espiritualidad, la ilusión y el altruismo. su posición revela nuestras aspiraciones más elevadas e ilusiones. Un Neptuno fuerte sugiere sensibilidad espiritual, y capacidad para conectar con lo trascendental, mientras que Neptuno debilitado puede indicar confusión, tendencias autodestructivas o evasión.
Y finalmente Plutón, el transformador y el regenerador, simboliza el poder, la intensidad y la regeneración. Su posición revela nuestras crisis de transformación y obsesiones puede indicar fuerza interior, capacidad de renacer de las cenizas, mientras que un Plutón desafiado puede señalar manipulación, control o enfrentamientos de poder.
En conclusión, cada planeta aporta su propio significado y energía, que modelan nuestra experiencia terrenal y nos guían en nuestro viaje de autoconocimiento y crecimiento personal. Entender estos significados nos permite aprovechar las energías planetarias facilitando así nuestro camino hacia la realización personal y espiritual.
Pasemos ahora a ver cada uno de ellos…
Pasemos a ver como operan cada Planeta en los diferentes Signos y Casas.